viernes, 18 de julio de 2008

Doctor, me duele el pecho....

Este es el principal síntoma de la cardiopatía isquémica, una enfermedad que afecta a las coronarias (arterias que llevan la sangre al propio músculo cardiaco). Se caracteriza por la obstrucción progresiva de estas arterias, por lo que en determinadas circunstancias (normalmente durante el ejercicio) el músculo cardiaco se queda sin recibir toda la sangre que necesita y protesta mediante dolor, lo que los médicos llamamos angina de pecho ("amago de infarto" en el lenguaje popular), si la obstrucción es total (normalmente por la aparición de un trombo dentro de la placa de arterioesclerosis coronaria) se produce el temido infarto de miocardio, en el que ya no solo se produce una protesta del corazón, sino que una zona determinada de éste, se muere por falta de oxígeno. Ambos son distintos estadíos de la misma enfermedad. En definitiva es un problema de cañerías, que están parcialmente obstruidas (el lavabo desagua mal, pero desagua) o totalmente atascadas (el problema es mucho más serio, y en el caso del corazón, el daño hecho, ya no tiene remedio).

El dolor en el pecho, como decíamos al principio, es el síntoma principal de esta enfermedad, y el que nos puede poner sobre aviso, de que algo serio está ocurriendo en nuestras coronarias (cuando todavía hay remedio). Pero, por supuesto, no todo dolor en el pecho equivale a angina o infarto, es más, la mayoría de los dolores en esta localización se deben a algún otro problema, todo depende del tipo de dolor, y del contexto de cada paciente. No es lo mismo un dolor punzante, que aumenta con la respiración, que dura mucho tiempo (nada típico de angina) en una persona de 20 años, que un dolor "como un peso" en el centro del pecho, en relación con el ejercicio, que cede en 5-10 min tras algo de reposo, en un paciente de 50 años fumador, que además es hipertenso y tiene el colesterol alto (angina de pecho más o menos de libro). Es este 2º el dolor que nos tiene que alertar sobre un posible problema cardiaco. En cualquier caso, un dolor en el pecho de cierta intensidad y que aparece en pocos minutos, nos debe hacer consultar con un médico (normalmente de forma urgente).
Un vez diagnosticada la enfermedad a través de distintas pruebas (ecografía cardiaca, prueba de esfuerzo, medicina nuclear o incluso llegado el caso, de un cateterismo, pero también, porqué no, sobre todo en personas de cierta edad en que las pruebas son un trastorno serio, sin necesidad de hacer estudios añadidos, solo con los síntomas) llega el momento de iniciar un tratamiento. Según las características de cada caso, se puede hablar fundamentalmente de tres tipos de terapias:

1-Medicamentos: para aquellos pacientes cuya enfermedad no parece grave, o en los que por su edad o gran severidad del problema (a veces las cañerías están tan mal, que no se pueden reparar)

2-Revascularización percutánea (cateterismo): se introduce un cateter (equivaldría a la varilla del desatascador) a traves de una arteria del brazo o la ingle que llega hasta el corazón y nos permite reducir la estrechez de la arteria y dejar puesto un dispositivo al que llamamos stent (los pacientes lo llaman "moelle").

3-Cirugía: Cuando la arteria obstruida es demasiado importante para "arriesgarse" a hacerlo con un cateter (cada vez los hemodinamístas son capaces de resolver problemas más complejos) o que por el número de arterias enfermas, o cualquier otro motivo, un equipo de cirujanos cardiovasculares y cardiólogos, deciden que es la mejor solución.

En definitiva, mi consejo es, que si le duele el corazón, quizás sea de amor o desamor, pero siempre es una buena idea comentárselo a su médico.

miércoles, 9 de julio de 2008

¡Somos lo que comemos!

Con bastante frecuencia, encuentro personas que son derivadas a mi consulta por problemas de obesidad o sobrepeso, que hacen afirmaciones tales como "yo no como para estar así de gordo", "como como un pajarito" o la reina de todas las frases "a mi me engorda todo, hasta el agua".
Pues no, está demostrado, el agua no engorda (el aire tampoco). A la gente le cuesta mucho reconocer que comen por encima de sus necesidades.

La obesidad es uno de los principales problemas de salud de los paises desarrollados. Los seres humanos (al igual que la mayoría del reino animal) estamos diseñados para vivir en condiciones extremas, por eso, cuando estamos en una época de abundancia de alimentos, nuestro organismo almacena grasas para cuando llegue la época de las vacas flacas. ¿Pero qué pasa si la época de las vacas flacas no llega?, pues está claro, que engordamos, y engordamos, y engordamos. Y e aquí con que nos encontramos con un problema con el que la naturaleza no contaba, el exceso permanente de reservas, así que el organismo hace lo que puede, las almacena en nuestro panículo adiposo, en nuestras visceras, en nuestras arterias, etc, etc.

El mantenimiento del peso es una sencilla fórmula entre la cantidad de energía que uno ingresa en el organismo a través de los alimentos, y la que gasta (metabolismo basal+actividad física). Si como más y gasto lo mismo, engordo. Si como igual y gasto más adelgazo (o dejo de seguir engordando). Actuando sobre cualquiera de los 2 elementos de la fórmula podemos influir sobre nuestro peso. Es muy cierto que dos personas de similares características físicas, pueden tener un metabolismo basal muy distinto, y por tanto, que alimentos similares (en calidad y cantidad) produzcan un efecto totalmente distinto en cuanto al peso se refiere. Es por eso que cada uno tiene que encontrar su equilibrio. El instinto (de seres salvajes) siempre nos impulsará a comer más para almacenar, pero es un impulso controlable y reeducable.

Para conocer el estado de nuestro peso, los médicos usamos el Índice de Masa Corporal (IMC en español y BMI en inglés). Se calcula dividiendo el peso en Kg entre el cuadrado de la altura en metros. Así una persona que mida 1.75 m y peso 80 kg tendrá un IMC de 26.1. Según el IMC clasificamos a las personas en:
-Peso por debajo de lo normal: IMC<18>50

La obesidad grado III y IV es la que se relaciona con mayor índice de complicaciones.

Para controlar nuestro peso podemos hacer dos cosas:

-Comer menos: La dieta deber ser sana y variada, es decir, comer de todo (de todo de lo que si debemos comer y prácticamente de nada de lo que no deberiamos). La dieta más sana es la que todos conocemos como mediterránea, que consiste en tomar muchas verduras, legumbres y fruta fresca, esto lo debemos acompañar de un poco de pescado (preferentemente azul) y carne (pollo o ternera magra). Varias matizaciones: sí, efectivamente, el cerdo no es nada recomendable (no hay que ser extremista normalmente en nada en esta vida); la fruta o las verduras, en cantidades abundantes, también engordan (nada de comerse un kilo de plátanos de una sentada); lista de alimentos "casi" proscritos (refrescos azucarados, precocinados, fritos, snacks, golosinas, etc. Los alimentos se deben cocinar al horno, a la plancha o hervidos. Teniendo en cuenta estos consejos, yo les suelo decir a los pacientes que quieren y deben perder peso, que coman la mitad de lo que hacen normalmente, o bien que se saquen la comida en un plato de postre. No es recomendable saltarse comidas (es más, el mismo nº de calorías tomadas de una sola tacada engordará más que repartidas en 5-6 tomas a lo largo del día) y hay que beber mucha agua (al menos 2 litros al día)

-Aumentar nuestra actividad física (el metabolismo basal es mejor no tocarlo, aunque hay muchas fórmulas secretas para adelgazar que se venden por ahí que no se han debido enterar). El ejercicio debe ser adecuado a nuestra edad y estado físico del que partimos. En principio, se recomienda cualquier ejercicio aeróbico (caminar, correr, nadar, etc) que nos permita mantener una conversación al mismo tiempo que lo realizamos (así matamos varios pajaros de un tiro: quemamos calorías, cultivamos la amistad, nos divertimos, desarrollamos nuestro cerebro, etc). Las personas que no están acostumbradas a hacer ejercicio deben comenzar muy suavemente e ir aumentando éste lentamente (es mejor aumentar el tiempo de ejercicio que la intensidad del mismo), en caso de notar algún síntoma durante el mismo, deben consultarlo con su médico.

Os animo a todos a que calculeis vuestro IMC y si está por encima de 25 os pongais manos a la obra.

Un último consejo, todas estas cosas hay que hacerlas con moderación. Los padres debemos estar muy pendientes de nuestros hijos (sobre todo los adolescentes) para tratar de identificar conductas anómalas en relación con la comida que podrían indicar un trastorno de índole psiquiátrico muy importante (Anorexia Nerviosa o Bulimia). Pero no solo los adolescentes están expuestos a estos problemas, los niños y los adultos tambien. En el momento en que adelgazar nos empieza a obsesionar, ha llegado sin duda la hora de consultar con nuestro médico de familia.

Hasta pronto.

martes, 24 de junio de 2008

Diabetes, una enfermedad silenciosa

Respondiendo a un comentario a la primera entrada, voy a comentar algunas cosas importantes sobre la Diabetes.

En primer lugar diré que existen fundamentalmente 2 tipos de Diabetes, la tipo 1 o Juvenil y la tipo 2 o de los adultos (normalmente a partir de los 30 años. Es a esta última a la que me voy a referir pues es mucho más frecuente y está más encuadrada dentro de mi especialidad.

La Diabetes tipo 2 es una enfermedad que se comporta de modo silencioso, apareciendo normalmente los síntomas cuando gran parte del daño ya está hecho. Se caracteriza por 2 hechos fundamentales, la resistencia a la insulina y el déficit progresivo que de esta hormona se va produciendo. La insulina es la hormona encargada de facilitar la entrada en las células de la glucosa (azucar) que es la fuente fundamental de energía del organismo.

Se considera a ésta enfermedad como uno de los más importantes factores de riesgo cardiovascular, ya que es a este nivel donde provoca sus peores daños, favoreciendo el desarroyo de arterioesclerosis y por tanto, la obstrucción progresiva de cualquier arteria de nuestro cuerpo. Según donde provoque el daño, los médicos hablamos de complicaciones macrovasculares (grandes arterias: corazón, cerebro y piernas fundamentalmente) o microvascular (pequeñas arterias: riñones, retina, nervios periféricos, etc). Hasta tal punto es dañina la Diabetes para la circulación, que la mayoría de los médicos consideran a esta enfermedad igual a un infarto de miocardio o a una trombosis cerebral (a efectos de probabilidades de tener un nuevo ataque circulatorio). Las consecuencias de todos estos efectos son más o menos conocidas (aunque la mayoría de nuestros pacientes no quieren ser conscientes de ellas): infartos de corazón, trombosis cerebral (apoplegía), amputaciones de las piernas, ceguera, insuficiencia renal terminal y diálisis, impotencia, etc.

En cuanto al tratamiento, es fundamental que los pacientes realicen una serie de medidas que no implican la toma de medicinas (cambios en el estilo de vida):
-Dieta: un paciente diabético, puede y debe comer de casi todo. Exceptuaremos por supuesto el azucar y todo lo directamente relacionado con él (golosinas, respostería, bollería industrial, etc). Sobre todo debe comer abundantes frutas y verduras (pero no tantas que le permitan mantenerse grueso), legumbres, pescado , pollo y ternera magra. Evitará los alimentos, precocinados, los fritos, el cerdo y el cordero, en fin, todo aquello que es rico en grasas. Como curiosidad, yo os aconsejaría que evitaseis consumir alimentos para diabéticos, no son necesarios y con frecuencia están hechos con otros tipos de azucares que el organismo termina transformando en glucosa.
-Control del peso. Es muy, muy, muy importante que un diabético intente alcanzar su peso ideal, o al menos, pierda todo lo que sea posible de lo que le sobra. Para ello, suele ser condición fundamental comer menos y pasar hambre (si, por poco que creamos que comemos, si necesitamos perder peso deberemos comer menos, de todo, pero menos)
-Ejercicio. Es una ayuda muy útil para perder peso, reduce por si solo los niveles de glucosa de la sangre, y mejora la salud en general. Hay que hacer ejercicio adecuado para la edad y estado de cada uno. Normalmente se dice que el ejercicio adecuado es aquel que nos permite mantener una conversación con un amigo mientras lo realizamos.

El otro pilar del tratamiento son los medicamentos. No voy a profundizar en este tema (si alguien quiere saber algo en concreto que ponga un comentario) pero os diré que fundamentalmente se divide en:
-Antidiabéticos orales (pastillas): El principal representante de este grupo es la metformina (el famoso Diamben). Cada vez hay mayor acuerdo en comenzar precozmente el tratamiento con este medicamento para todas aquellas personas que lo toleren y no lo tengan contraindicado.
-Insulinas: Es la gran temida de los pacientes Diabéticos (cuando en realidad es su principal aliada, pues en fases avanzadas de la enfermedad es la única que puede ayudarles a controlarla). Existen muchos tipos y marcas de insulina (fundamentalmente las podemos dividir de modo coloquial en lentas y rápidas). La insulina se suele administrar mediante distintos dispositivos con unas agujas muy finas (apenas se nota el pinchazo) y se inocula a nivel subcutáneo (la técnica es muy sencilla y es conveniente que se la ponga el propio paciente)

Por útimo, comentar, que por ser un factor de riesgo cardiovascular, es fundamental que los diabéticos controlen los otros factores de riesgo de este tipo que se conocen (la presión arterial, el colesterol y los triglicéridos y que, por supuesto, dejen de fumar de forma inmediata). La mayoría de los Diabéticos mayores de 40 años (sino tienen contraindicación) deberían tomar Acido acetil salicílico a bajas dosis ("Aspirina infantil") y estatinas (medicamento para bajar el colesterol, aunque éste se encuentre dentro de unos niveles adecuados)

A modo de epílogo, os dejo unos datos técnicos sobre lo que se consideran objetivos de buen control en un paciente diabético:
-Azucar en ayunas (antes de cada una de las comidas principales) <120 -Azucar 2h después de cada una de las comidas principales <180 -Azucar media de los 2-3 meses anteriores (Hemoglobina glicosilada): <7%>(equivale a un azucar medio de unos 170mg/dl). Es uno de los objetivos principales en el control de la Diabetes.
-Presión arterial menor de 130/80 (13/8). ¡OJO!, en los pacientes no diabéticos se suele aconsejar que no pase de 140/90.
-Grasas: colesterol total <160, style="font-weight: bold;">100
, HDL (colesterol bueno) >45, tiglicéridos <150.

Espero que os sea útil.

miércoles, 18 de junio de 2008

Bienvenidos

Comenzaré con una breve presentación, soy médico especialista en Medicina Interna, trabajo en Andalucía (prefiero no especificar más por el momento), tengo 36 años y llevo 10 años ejerciendo la medicina (5 de ellos ya como especialista titulado)

Me gustaría comenzar explicando cual va a ser el cometido que pretendo darle a este blog y sobre todo, dejar muy claro lo que no va a ser.

Lo que pretendo, no es ni más ni menos que aclarar dudas sobre los temas médicos que mejor domino y orientar a las posibles personas que puedan acercarse por el blog sobre que es lo que deben o pueden hacer con sus problemas de salud. Poco a poco iré publicando algunas explicaciones sobre las enfermedades más frecuente en la población general y recomendaciones para mantenernos más sanos y si es posible, mejorar nuestra calidad de vida.

En ningún caso, este blog pretende sustituir a la consulta médica física. El acto médico implica un intercambio de información entre el paciente y el médico (y esto es lo único que vamos a hacer aquí), pero también una exploración física, una realización e interpretación de pruebas complementarias, la elaboración de un juicio diagnóstico y la indicación de un tratamiento. Nunca, bajo ningún concepto, se hará ninguna recomendación terapeútica de tipo farmacológica.

Espero que poco a poco los lectores se vayan atreviendo a añadir comentarios y tratar de resolver las dudas sobre su salud que puedan tener y les puedan preocupar.